Y CLARO, SI ME VIERON NACER

Cada día entiendo menos a la gente. Sí, abro el post diciendo esto, es la pura verdad. Son aprovechadores, manipuladores y en la primera de cambios te clavan el puñal. Pero, ¿Son todos así? Definitivamente no, pero mis vecinos ¡son el prototipo!

En la primera de cambios que se enteran que alguien del barrio se va a recibir de médico empiezan a hacer el laburo fino para tener a quien manguearle. Ustedes podrán preguntar ¿Manguearle qué? : manguearle muestras médicas gratis, certificados de laburo, certificados de aptitud física para hacer deporte, tomar la presión, aplicar inyecciones y muchas cosas más. Ahora lo más interesante es el laburo fino (en algunos casos ni siquiera eso) que comienzan a elaborar desde el momento en que se enteran que esos beneficios podrían llegar en un corto lapso. Consiste principalmente en 2 cosas:

1. Como primera opción empiezan a saludar. Son esas típicas personas que viven en el barrio hace 20 años y nunca te saludaron y de un día al otro son pura simpatía. No solo me saludan a mí (que me los paso por un huevo, con perdón del lenguaje) sino que saludan a mi mamá. Supongo que con esto quieren empezar a abrir la brecha para que en un futuro mi progenitora se compadezca y diga: ¿Porqué no le vas a medir la glucemia a la abuelita de a la vuelta? Si esperan ese tipo de actos de humanidad de mi vieja ya les digo: OLVIDENSE!
2. Comienzan a interiorizarse en tu vida académica. Lo que quiero decir con esto: les interesa saber en que hospital trabajas, en qué hospital estudias, en cual haces guardias.  Los más chusmas están firmes como estatuas a las 6 de la mañana cuando te vas y a las 8 de la noche cuando volves y te saludan con una sonrisa socarrona que en el fondo dice…”Ya me vas a ser útil para algo vos”.

Pero algunos ni siquiera se toman el trabajo de hacer este estudio de campo previo. Ni bien se enteran que te recibís o estás por hacerlo creen que van a tener a alguien a su disposición para que los atienda a cualquier hora, en cualquier momento, por cualquier causa y sin ningún costo: La ecuación perfecta!

Y una vez que creen que pueden pedirte un favor, aun así muchos no lo van a hacer directamente. Te encaran para preguntarte cualquier gansada, cosa de entrar en tema. Preguntas como, ¿Y decime, todos llevan el mismo color de ambo o como es?, o aclaraciones como, ¿Vos sabes que la hija de la Nilda tenía un sobrino que estudiaba medicina también? Y a mi que mierda me importa, ni siquiera se quien es “La Nilda”, menos voy a saber quien es el sobrino. Después de esto, ven tu cara de fastidio instalada y deciden ir al grano, no vaya a ser que te espanten y se queden sin favor (igual se van a quedar sin favor aunque no me espanten, aclaro).

Vecina: -Ay no sabés, el otro día el médico me mando un montón de estudios para hacerme en el hospital Sarasa, y estaba lleno de gente!! ¿Vos estas ahí, no?

Yo: - Si. Y… vió como es, tiene que ir a las 4 de la mañana para que le den turno, es de la UNICA manera. (olvidate que te saque un turno)

Otros directamente quieren que les haga un contacto directo con un médico que alguna vez los atendió y que, supuestamente yo debo conocer porque está en el mismo hospital que yo. Se dan conversaciones como:

Vecina: -Decime, ¿Vos no conoces al Doctor López? No me acuerdo el nombre

YO: -No, la verdad que no.

Vecina: -Pero lo tenes que conocer, esta en Sarasa. Debe tener cincuenta años, Doctor López, ¿no te suena? Hace como 20 que no lo veo

Yo: -No, no lo conozco señora. ¿Se quiere atender con él?

Vecina: -No querido, era para que le mandes saludos nomás.

A la vez me cuesta creer porqué si la gente no confía en los médicos, sí confía en un estudiante de medicina (sabiendo que lo es) que su máxima aspiración es convertirse en precisamente lo que ellos no creen. En este caso, yo vendría a ser como un estadio previo de esa no creencia.

Algunos deben pensar que porque soy vecino les voy a dar más importancia. ¿Por qué me traen recetas para intentar decodificar lo que el médico les escribió? No es que hay un lenguaje universal en el que los médicos nos entendemos, el que escribe para el orto escribe para el orto. Es como el abogado que escribe para el orto o el ingeniero que escribe para el orto. Lléveselo a un perito calígrafo señora! O en su defecto, en el momento que le haga la receta pídale por favor que se lo escriba claro. Problema solucionado y yo contento.

Es de no creer pero hasta he recibido consultas en mi casa para suturar una herida de un niño. Sinceramente no sé que clase de madre puede exponer a su hijo a que le suturen la cabeza en una casa y sin ningún tipo de materiales: flaca, ¿Qué te crees, que tengo una sucursal de Farmacity en el baño? Y no se van fácil eh, no no. Les tenes que insitir y encima argumentarles por qué no sería conveniente exponer la extremidad cefálica de tan tierna e inocente criatura tan al pedo:

·         Se le puede infectar,

·         No tengo los materiales,

·         Sería conveniente que lo vea un pediatra,

·         Etc, etc

Y cuando crees que entendieron (porque asintieron en todo) te dicen:

-¿Y si lo pegas con la gotita?

Porque no lo pegas vos con la gotita y me dejas de romper las pelotas a mi??

Como dije unas líneas arriba, mi casa no es una farmacia. No tengo los suministros de un hospital ni tampoco me regalan medicamentos. Créanme que por ser estudiante de medicina, no me dan bouchers para conseguir remedios “for free”. Y si los tuviera, tampoco se los daría a ustedes que se los pueden comprar. Hay cosas básicas, pensamientos que se deducen rápidamente, por ejemplo:

Niño à fiebre à Paracetamol

Entonces, no me vengas a joder a las 2 de la mañana a mi casa para pedirme paracetamol porque tu nene tiene fiebre, cómpralo en un quiosco! Y tampoco me preguntes de qué puede ser la fiebre, llévalo al pediatra. O capaz el nene se dio cuenta que tiene un padre pelotudo y eso le desreguló el termostato.

También me consultaron para la extracción de un yeso. Gracias a Dios, esa situación pasó primero por el primer filtro de mi familia: Mi madre. El pedido, entonces, llegó a mis oídos una semana después y en forma de anécdota. Ella va a ser la encargada de ser mi mano derecha en este sentido. Una especie de secretaria que diferencie emergencias de boludeces y acorde a esto pase informe o deseche el pedido. Dicen que la familia es un equipo, ¿no?

Y una de las peores cosas (si, señores, hay peores) es la de utilizar a mi madre como portadora de conocimientos. Pareciera ser que habría alguna conexión invisible que permite el traspaso de información desde mi cerebro al de ella. Eso la habilitaría aunque sea, a acercarse a un diagnostico presuntivo de una enfermedad o permitir una solución temporaria hasta la consulta con un profesional idóneo. Esto claro, según una vecina. Entonces, la situación sería la siguiente:

Vecina: -Ay, no doy más de la cabeza… tengo unos dolores que no doy más. Todos los días, todos los días. Me dijeron que puede ser algo grave, no se, tengo miedo de tener algo ahí adentro viste, ¿A vos que te parece?

Mi vieja: -Y… no se, tendrías que ir a hacerte ver así te quedas más tranquila.

Vecino: -Ah, te pregunto porque como tu hijo estudia medicina capaz me podías decir.