Lo ideal de una guardia de emergencias es que
solo se atiendan emergencias, cosa que la mayoría de las veces no ocurre. Es
común que la guardia se vea plagada y con largas filas de pacientes con
patologías banales y benignas que nada tienen de urgente. Lo ideal sería que
estas sean atendidas en consultorios. Es por eso que en algunos hospitales se
diseñó un servicio de triage, esto es, destinar a un médico que se dedique a
“filtrar” los casos y redistribuya a los pacientes de acuerdo a la gravedad de
su patología. Imagínense que no debería tener la misma importancia atender un
dolor de pecho con características anginosas (es decir cardíacas) que una
simple faringitis o un dolor de rodilla de 3 meses de evolución (crean o no, estos
también vienen a la guardia y no sé por
qué tienen afinidad por el horario 3-5 am).
En el hospital en donde hago guardias no
contamos con este servicio de manera que todos los pacientes ingresan
directamente a la guardia tengan lo que
tengan. En realidad con lo que contamos es con una especie de “pseudotriage”
que es realizado nada más y nada menos que por el personal de seguridad privada
del nosocomio.
Estos característicos personajes tienen la
habilidad de sobreestimar cualquier síntoma que presente el paciente. Si al
paciente le duele el tórax porque le pegaron un ladrillazo ellos lo informa
como “dolor de pecho”, el cuál uno asume como cardíaco. Terminas abriendo la
puerta esperándote encontrar con un cincuentón , fumador e hipertenso agitado y
con la mano en el corazón y todo lo contrario: te encontras con un veinteañero
que viene puteando al vecino y con la marca rectangular de un ladrillo en el tórax.
No solo esto, sino que envían pacientes a las
especialidades incorrectas. No hay que ser muy lúcido para darse cuenta a quien
hay que enviar al paciente, es muy sencillo:
-Si
tiene menos de 14 años pediatría
-Si
tiene una herida en la cabeza, torax o abdomen a cirugía
-Si
tiene una herida en los miembros a traumatología
-Si
es una mujer embarazada o con síntomas menstruales a gineco
-El
resto de las cosas a clínica médica
En todo caso, nosotros efectuamos las
interconsultas que consideramos necesarias una vez que el paciente ya ingresó.
Pero más de una vez ocurre que no habiendo traumatólogo de guardia (cosas que
pasan en los hospitales públicos) abrimos la puerta de clínica y nos
encontramos con un hermoso pie duplicado de tamaño producto de un traumatismo y
seguramente fracturado. ¿Qué podemos hacer con esto? NADA! Decirle al paciente
que vaya a un hospital que tenga traumatólogo, lo que ya sabemos va a originar
una lista de interminable improperios de los cuales nuestra madre va a ser la
menos favorecida.
Resultado de todo: cagada a pedo para el de
seguridad. “¡La próxima vez que nos mandes pacientes que no nos corresponden te
los vamos a hacer atender a vos!” Y parece que el muchacho se lo tomó a pecho.
A partir de ese momento, el guardia comenzó no solo a interrogar a los
pacientes sino también a sugerirles conductas. Por ejemplo…”mmmhh, yo esa
medicación no la seguiría tomando, a mi hermana le dio mucha diarrea” o “Claro,
esos síntomas que tenes son típicos del Ibuproganso, yo que vos no la tomaría
más, pero bueno… igual preguntale al médico”. Y nosotros después no solo
tenemos que negarle al paciente la sarta de boludeces que dice el de seguridad
sino que debemos convencerlos que es como decimos nosotros. ¿Porqué yo me tengo
que gastar en convencer a un paciente para que siga mis indicaciones? Si viene
a buscar ayuda a un hospital ¿Porqué después no confía en los médicos y le
termina haciendo caso al guardia o al vecino? Sinceramente no entiendo! La
próxima vez, si piensan así, directamente no vengan al hospital así nos quitan
trabajo y si vienen por favor no pongan en tela de juicio nuestros diagnósticos
o tratamientos en base a información que sacan de google o wikipedia.
Espero que pronto nombren a alguien entrenado
para hacer traige porque sino, temo por la vida de nuestro seguridad!
Y bueno... No dicen que en siete años o mas dejan un ladrillo en la facultad de medicina y sale un medico? Dejas alguien de seguridad en un hospital y en unos años se transforma en un pseudomédico!!!!!!
ResponderEliminarCaí acá de casualidad, desde el blog de Galathea. Te falta algo de cinismo y estilo literario, che, pero vas re bien... :P
ResponderEliminarYo no soy médica, pero estudié 4 años medicina y salí corriendo, en buena hora. Y tenés toda la razón con respecto a que los que ingresan a los pacientes (recepcionistas, telefonistas, el cana de la puerta): mandan fruta, cualquiera.
Hace años me caí en casa y me disloqué el codo. Sola, de noche, sin auto ni guita para remis, pero con prepaga de emergencia gracias a mi viejo, llamé. Como sé que debe hacerse, le expliqué a la mina punto por punto lo que me había pasado: la caída, el codo, el dolor intenso. "Te mando ya una ambulancia", me dice la guacha. Al rato cayó un pibe con el delantal arrugado en un fitito, con las ojeras por el piso, jeringa en ristre, listo para tratar a una "paciente de mediana edad con dolor agudo en el brazo izquierdo". Pobre mi vida, venía como alma en pena, listo para encontrar a una veterana en pleno infarto. Yo tenía 30 y cuando le mostré el codo (que de paso era el derecho) se quería morir. Yo me quería matar. Nos fuimos en el fitito al hospital, puteando y fumándonos un pucho (yo con la zurda, y casi se lo tiro en la bragueta). Si ese pibe hubiera matado a la telefonista, yo hubiera mentido para darle una coartada.
PD: ok, la anécdota ha sido ligeramente literalizada para darle más joie de vivre... pero es real.
Me alegro que te guste el Blog! Galathea es mi ídola blogística y referente, yo soy solo un aprendiz. Al principio empecé escribiendo tratando de no ser tan "quejoso" del mundo. Con el tiempo el contenido fue mutando y se volvió un poco más irónico y ácido. Es una buena forma de descargarse un poco de algunos pelotudos que me rodean.
EliminarMe encantó tu anécdota. A mí me paso algo parecido en casa una vez pero con un policía. LLamamos a la cana porque andaban dos chorros por la manzana y parecía que se habían encerrado en una casa abandonada de a la vuelta. Resulta que nos mandaron a una mina con un bombo de 8 meses y a un flaquito que no debería tener mas de 20 años. No tenían absolutamente nada! Por algo estamos como estamos!
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