Los traumatólogos son
los carpinteros de la Medicina. Ya desde que empiezan a estudiar se ven fascinados
por los huesos y no les interesa nada más que eso. Para ellos no existen ni el
corazón ni los pulmones, no saben recetar más que corticoides, analgésicos y
Cefalexina y algunos literalmente sufren durante los años que les lleva
concretar la carrera.
El verdadero futuro
traumatólogo lo sabe desde el principio. Es más, estudia medicina porque es
consciente que es un requisito necesario para convertirse en eso que quiere ser,
pero si lo pudiera evitar lo haría sin dudarlo. Refuerzan su convicción cuando
cursan la materia de la especialidad durante la parte final de la carrera y
sienten admiración ante los médicos ya consagrados.
Como personas son
fríos y prácticos, no se andan con vueltas. El que es un poco más detallista se
subespecializará en mano o pie y los otros se dedicarán a implantar prótesis de
cadera. No se involucran con la historia personal de ningún paciente y solo se
fijan en el problema traumatológico que tiene; para ellos solo hay piernas
rotas y huesos salidos de lugar. Sienten extrema felicidad cuando suben al
quirófano y literalmente deshuasan al paciente y lo vuelven a armar de cero.
Cuando son residentes lo único que quieren es operar (como cualquier cirujano).
Su felicidad es directamente proporcional a la cantidad de clavos y placas que
puedan atornillar a los huesos rotos del paciente y cuando terminan con su
tarea, quien había ingresado al quirófano con una fractura, sale con una serie
de hierros que lo atraviesan en distintas direcciones dignos de impresionar a
cualquier cristiano. Para ellos, sin embargo, es el trabajo diario y lo tienen
asumido como normal; de hecho es lo que sin darse cuenta soñaron hacer desde
pequeños. Mientras jugaban con los legos, inconscientemente se les iba
esbozando la idea del futuro carnicero humano.
Uno los reconoce en
una guardia porque andan siempre con su ambo lleno de yeso, no importa si no hicieron
nada en todo día. Parece que les gustara estar sucios lo que muestra el resabio
de carpinteros o herreros frustrados que tienen.
A la hora de atender
lo hacen a una velocidad suprema. Son capaces de despachar a por lo menos 6 o 7
pacientes en 15 minutos y se impacientan cuando este da vueltas para contarle
lo que le pasó:
Traumatólogo: -¿Por qué vino?
Paciente: -Doctor, resulta que
yo soy hipertensa y…
Traumatólogo: -No, no, eso no
importa… ¿Qué le pasó ahora?
Paciente: (Tocándose la cadera)
- …Es que me estaba bañando y…
Traumatólogo: (Sin dejar
terminar el relato a la paciente) -Está bien, y se golpeó la cadera. Hágase
esta placa y vuelva (y le entrega la orden)
Los que ya tienen muy
pocas ganas de atender minimizan los síntomas del paciente atribuyéndolos a
alguna causa inevitable y obvia.
Paciente: - Ay Doctor, no doy
más de los huesos, me duele todo el cuerpo
Traumatólogo: - Y qué queres
vieja, ¿que con los 80 años que tenes no te duela nada?
Son los profesionales
a los cuales menos se les puede consultar por algo que no es de su
especialidad. Por ejemplo, si uno le pregunta a un cardiólogo algo de
neumonología probablemente se sepa defender. Pero los traumatólogos no, ellos
olvidaron todo lo que aprendieron años anteriores de medicina general (creo que
algunos hasta hicieron el esfuerzo consciente).
En una oportunidad,
estando en mis primeras guardias debía recetarle un antiemético (medicamento
para los vómitos) a un paciente y el único al que podía acudir para despejar
mis dudas era un traumatólogo:
Yo: -Doctor, disculpe, ¿Me
podría decir de cuanto viene el Reliverán que no me acuerdo para recetarlo?
Traumato: -¿Qué me preguntas
pibe? No tengo idea para que es eso, ¿Sabés hace cuanto que no hago una receta?
Odian hacer historias
clínicas, ya que, como les dije más arriba lo único que les gusta hacer es
operar. Por eso es que las confeccionan muy escuetamente y con una letra
imposible de descifrar. Cuando uno la lee tiene la impresión que la hizo un
verdulero. Lo único que completan son los datos filiatorios y el motivo de
consulta, el resto no importa. Quedaría algo así:
Edad: 22 años
Motivo de
consulta/internación: Fractura de Fémur
Cabeza y Cuello: s/p
Cardiovascular: s/p
Respiratorio: s/p
Abdomen: s/p
Genitourinario: s/p
Entiéndase s/p como “sin
particularidades”.
Los que ya son
médicos de planta no están dispuestos a hacer otra cosa que no sea operar.
Ellos ya no están para laburos de poca monta como hacer suturas. Entonces, si
no tenemos la suerte de estar en un hospital con residencia de traumatología,
todo recaerá en los practicantes. Y cuidadito con interrumpir el sueño del
doctor con una consulta nocturna!! Nunca bajan a revisar a un paciente de
noche, salvo en casos extremos. Debemos ir a sus aposentos con la radiografía
ya obtenida y ellos en tan solo 3 o 4 segundos, iluminados nada más que por la
luz de la luna que se filtra por la ventana y con solo un ojo abierto hacen un
escaneo rápido de la misma y dan la respuesta (generalmente siempre es la
misma): “No tiene nada, mandalo con analgésico y el pie/mano en alto”, acto
seguido se dan media vuelta, siguen roncando y dejan al pobre “traumatólogo
suplemente” sin derecho a réplica.
En fin, a pesar de
sus peculiares características tanto como personas como profesionales son un
mal necesario: En algún momento, todos vamos a necesitar de uno!
Buenas....no se cuantos traumatólogos conocerás... pero me parece que los estas subestimando un poquito... tampoco se cual es tu especialidad, pero imagino que sea cual sea conoceras las limitaciones de la misma... porque es asi... cuando estas de guardia sanguchito varios años de tu vida para juntarte el mango, viendo siempre lo mismo, y leyendo siempre de lo mismo hay cosas que se te olvidan... ojo, hay cosas basicas que no... pero bue, agradezco tener en mi hospital un servicio de traumato que se alarma con una hiponatremia o que conoce el algoritmo básico de RCP.
ResponderEliminarAtte, médica terapista de un htal del conurbano.
Hola NegrA, obviamente lo que está escrito en el blog es algo exagerado y convertido en bizarro para que sea más gracioso. Asi como un caricaturista agranda la nariz de un narigon, yo intento resaltar las caracteristicas de cada especialidad y lo que en general estigmatiza a cada una. No todos los cirujanos son despotas sanguinarios ni todos los traumatologos ignorantes de la clinica. No es mi intención ofender a ningún especialista, es cuestión de solo tomarlo con humor!
EliminarSoy residente de 1er año de traumatología y la verdad es que, aunque te lo tomas con humor, has generalizado tanto que parece un esperpento hacia la traumatología. Bien es cierto que no somos lo más clínico que te puedas encontrar en el hospital, pero tanto en el trato con el paciente como a la hora de historiar, todo depende del cirujano.
ResponderEliminarIgual con las operaciones.
Un saludo!
Un traumátologo es alguien que endereza lo que está torcido y no se mete con lo que está derecho.
ResponderEliminarMucho humor...pero muchas verdades también...y me he reconocido en muchas descripciones. Somos un mal necesario...como otros especialistas!!!
Somos todos un mal necesario! y menos mal que somos todos distintos.. lo igual aburre!
EliminarUn saludo grande