domingo, 12 de febrero de 2012

NECESITO UN OIDO


Dentro de la Medicina hay una verdad y es que hay veces que una palabra “cura” más que mil remedios. Pongo cura entre comillas porque en realidad,  son relativamente pocas las dolencias que el médico puede curar, la mayoría de ellas, sin embargo, son tratables y controlables en el tiempo. Pero me doy cuenta que hoy por hoy y en paralelo a la degradación del sistema de salud la palabra del médico ha perdido el peso y el valor para los pacientes que tenia en otros años.

Es innegable que ya no es como en otras épocas donde lo que transmitía el galeno era irrevocable e indiscutible. En la era actual, tecnologizada e informatizada, con acceso a cualquier dato en casi cualquier momento y lugar y San Google mediante, el cuestionamiento está a flor de piel. Todo dependerá en como el profesional maneje esa situación y en como afecte ese acceso al paciente. Y no solo Internét nos juega en contra, sino también la mayor información que la gente tiene en general del saber médico por otros medios como el simple boca a boca de vecinos o familiares y que no siempre es acertado. ¿Y es que acaso no había antes boca a boca? Yo pienso que si, pero con un estilo diferente al de hoy día:

Década del ’50:
A: -Viste, a la Maruja le tuvieron que hacer una placa a los pulmones.
B: - ¿No me digas? Para que le hagan eso tiene que estar muy grave
A: - Si, seguro. Siempre a los que le sacan placas se terminan yendo del otro lado…

Década del ‘2010
A: - Che, ¿Qué fue lo de tu vieja al final?
B: - La internaron porque estaba con tos. Le hicieron una plaquita y como vino medio mal le terminaron haciendo una tomo. Después tenía una poquito de líquido en el pulmón , se lo sacaron y lo mandaron a analizar, estamos esperando los resultados…
A: -Ahhh, bueno… Ya se va a mejorar

¿Alguno de los personajes de las historias anteriores sabe más de medicina? No, definitivamente no. Pero que conoce más del campo es innegable. Y ese conocimiento es el que muchas veces termina jugando en contra. Una de las cosas que odiamos nosotros es el pedido explícito del paciente de estudios complementarios que él considera necesarios y que en realidad no lo son.

-          Pero si tiene tos desde ayer… ¿Por qué no le hacen una placa de tórax? Y no me diga que no es necesario, porque mi otro hijo tuvo exactamente lo mismo y a el se la hicieron.

Muchas veces el médico se cansa y termina cediendo al pedido. Total, el que se jode es el paciente que se irradia al pedo y el radiólogo que es el que tiene que laburar de más.
Y no solo los pacientes nos dicen que estudios les tenemos que pedir, sino que también nos dicen como los debemos medicar. Por ejemplo:

Médico: -Bueno, quedate tranquilo que aunque te duela la garganta lo mas probable es que sea un virus, por ahora nada de antibióticos. Solo control de la temperatura y analgésicos.
Paciente: -Perdón, pero yo no me voy a ir de acá hasta que no me hagas la receta del antibiótico. Yo se que me tomo uno y se me pasa.

Ahora resulta que nosotros somos los seres más sádicos del mundo que preferimos no darles una receta para verlos sufrir. ¿Te crees que me importa tu dolor de garganta?

Pero bueno, en fin. No me quiero desviar del tema en cuestión y este es al que hace referencia el título del post: Necesito un oído. Me ha pasado muchas veces recibir pacientes con un sin fin de síntomas y que lo único que necesitan es ser escuchados. Están angustiados, tienen problemas y la única manera de solución aunque sea parcial que encuentran es ir a una guardia y descargarse. Y acá se genera un gran problema; por un lado que el médico muchas veces no quiere escuchar los dramas de la vida de otra persona y oficiar de oído y aconsejador, por otro en que aunque el médico quisiera en muchas oportunidades no puede. Convengamos que una guardia no es el mejor lugar para que esto se de: entran y salen pacientes todo el tiempo, hay ruidos molestos, gritos, en fin, es un lugar que dista de ser tranquilo. ¿Entonces, que solución encontramos? Lamentablemente, no tengo una respuesta para eso, pero creo que nos acercaríamos a resolver este problema en la medida en que el médico trate de ser más tolerante (en otro blog podemos analizar porqué el médico se volvió menos tolerante) y en la medida en que el paciente deje de ser visto como una “amenaza” por el profesional y lo haga estar a la defensiva incluso antes de empezar la consulta, y esto último se logra evitando muchas de las cosas dichas unas líneas arriba. Creo que mejorando estos dos aspectos estaríamos más cerca de lograr una relación médico paciente más armónica.

Asi que todos tenemos trabajo para hacer… los paciente hagan honor a la palabra, sean pacientes y tolerantes. Y los médicos usen el “poder” que tiene lo que transmiten y el impacto que puede generar en el enfermo, en beneficio del mismo.

1 comentario:

  1. Ahh, lo de gente q necesita un oido estoy de acuerdo, pero ya te vas a podrir, espera unos añitos, y cuando te caiga uno a las 7 pm durante el "climax" de la guardia, cuando tengas 5 ambulancias para atender al mismo tiempo, te va a importar un rabano que al tipo se le haya muerto el canario y este angustiado. Alprazolam y a su casa, como mucho. En consultorio externo particular es otra historia, ahi si haces medicina "social", pero la guardia no es un buen ejemplo de como se deberia atender porque seria impracticable ademas.

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