Aunque aún me queda un tiempo para recibirme de médico, he tenido el
agrado de ingresar en el interesante mundo de las guardias hospitalarias. Allí
es donde tuve mi primer contacto con gente de un hospital, no teniendo el rol
de "enfermo". Empecé a lidiar con médicos, enfermeros, camilleros,
otros practicantes como yo y pacientes; los tan ansiados pacientes que moría de
ganas por conocer.
Me acuerdo como si fuera ayer la ansiedad que me provocaba el solo
hecho de imaginarme caminando por los pasillos del hospital por primera vez,
vestido con mi ambo blanco. El simple hecho de tomarle la presión a un
paciente, sacarle sangre o "interrogarlo" como llamamos en la jerga
médica al acto de indagar acerca del mal que lo aqueja, me ponía contento. Iba
a cada guardia feliz sin saber que situaciones me sorprenderían en las
siguientes 24 horas... ¿Traería la ambulancia algún herido de arma de fuego?
¿Tendría que ver morir a alguna persona? Todo era nuevo para mí. Me encantaba
presenciar cirugías y poder ingresar a las áreas cerradas y prohibidas para los
ajenos con total libertad. Me sentía uno más de ese hospital siendo aún un
estudiante.
A veces, no podía entender la falta de comprensión de algunos médicos para
con sus pacientes. Y no hablo de mala atención, de errores médicos ni nada por
el estilo, sino de la falta de capacidad de ponerse en el lugar de las personas
que estaban del otro lado. Yo recién ingresado pensaba, ¿Cuál será el motivo de
esta actitud? ¿Soy yo que estaré equivocado y viéndolo desde otra perspectiva?
Y pasados escasos años me doy cuenta que la respuesta a la segunda pregunta es
afirmativa. No es que yo estuviera equivocado, sino que efectivamente estaba
mirando las situaciones que me tocaban vivir a través de un punto de vista
distinto al de ellos. Probablemente, y ahora pensándolo en retrospectiva, cada
uno de esos médicos con los que me topé en este tiempo pasaron por muchas de
las cosas que yo pasé y experimentaron sensaciones similares. ¿Habrán sentido
lo mismo?
Estos años que viví en el hospital como practicante de guardia y como
estudiante me dieron muchas cosas. El contacto con la gente me aportó muchos puntos
positivos pero principalmente me hizo perder la inocencia que tenía cuando
entré. Sé que es un camino largo que recién comienza, dicen que la carrera de
medicina empieza recién cuando uno se recibe.
A lo largo del Blog, les iré relatando muchas de
las situaciones que me tocaron vivir y las reacciones que tuve ante ellas. Las
hay graciosas, bizarras, tristes, en fin: de todo para repartir. No es ni más
ni menos que lo que le toca vivir a un médico, enfermera o estudiante en su
paso por el hospital y es esa
cotidianeidad lo que quiero mostrarles.
Buenisimo che!! Soy lalo, lo prometido es deuda hermano.
ResponderEliminarTe estas por recibir...ya estas ahi, el papelito ese uq e te van a dar que dice "medico" lo vas a tener enrollado el resto de tu vida porque en cada laburo que tengas que ir te van a pedir : el titulo original, la fotocopia autenticada, la fotocopia de la fotocopia autenticada y encima no se quien fue el genio que se le ocurrio que todas las firmas de acreditan la autenticidad de tu titulo van...ATRAS del titulo. Lo que hace que tengas que tenerlo enrollado o colgarlo entre dos vidrios removibles(que queda para el culo)- Somos re vivos para detectar un infarto, pero para hacer las cosas un poco mas practicas , somos unos giles a cuerda. La Facu te quema, no hay caso...Felicidades colega!! Y empeza a juntar tilo, lo vas a necesitar.... :D
Primero que todo, te agradezco por haberte dado una vuelta por el blog, me alegro mucho que te haya gustado.
EliminarLo que me espera Lalo!! Sinceramente trato de disfrutar a full este momento de aprendizaje que me toca vivir. Dentro de poco voy a entrar en una etapa nueva y por más que a veces tengo ganas que llegue el momento y me siento ansioso por eso, tambien quiero disfrutar lo que vivo ahora porque se que no va a volver!
Y gracias por el consejito del título, lo voy a tener en cuenta!