jueves, 26 de abril de 2012

UNA RUTINA DILUIDA


Siguiendo con la temática del natatorio quiero contarles como es un día mío dentro de ese lugar.
Ya una cuadra antes de llegar empiezo a molestarme. Les soy sincero, estoy un poco podrido de hacer esto. Agradezco el trabajo, que me permite estudiar y que en verdad no es para nada difícil, pero la monotonía del mismo se me hace a veces insoportable. La sistemática de ver cabezas, axilas, manos y pies para alguien que es casi médico y en donde la mayor expectativa es encontrar un hongo o un piojo no me agrada demasiado. Pero bueno, es lo que hay.

Atravieso esas puertas vidriadas del frente y saludo a la recepcionista y demás empleados. Lo primero que hago es firmar el cuaderno con las horas que voy a estar ahí ya que si me olvido de eso es como si no hubiera ido. Pido la llave del consultorio, entro y me acomodo. A partir de acá los minutos empiezan a correr lentamente. Tengo sentimientos encontrados, por un lado quiero que venga gente, pero por otro lado no quiero ver a nadie. La mayoría de las veces me pongo a leer para las materias que estoy cursando en ese momento pero otras veces también estoy cansado de eso, y es ahí cuando las agujas no avanzan más.

Parece increíble pero cuanto más al pedo estoy menos trabajo hay. Ahora sí, cuando estoy a dos días de rendir un final, con los huevos en la garganta y estudiando a dos manos, parece que todos se acuerdan que se tienen que revisar. Y no solo se revisan, sino que me dan charla. Además, ahora no se les ocurrió mejor idea que poner una balanza asique tengo que pesar a todo el mundo. Eso no es nada, sino que además tengo que escuchar las quejas y la indignación de la gente con el resultado, como si yo tuviera la culpa:

Clienta: - ¿Me podrías pesar?
YO: -Si, por supuesto (no ves que me muero de ganas!)
Clienta: - ¿Y… en cuanto estoy? (con cara como si fuera a recibir un regalo de cumpleaños)
YO: - 82 kilos
Clienta: - Ehhhhh, ahhh nooo, no puede ser!! Si encima que no estoy comiendo nada ahora empecé Acuagym!! ¿Vos estas seguro que esa balanza esta calibrada?
YO: Sí señora, anda bien
Clienta: No, es imposible… al final me voy a tener que ir a una farmacia (y se va indignada)

Ahora, ¿Vos te crees que con 2 clases de Acuagym vas a bajar 40 años de morfarte lo que venga?

Y como les digo, siempre me terminan dando charla cuando más ocupado estoy, como con esta señora de 60 y pico que no tuvo mejor idea que contarme la historia médica de cada integrante de su familia:

Señora: - … y mi nieta tuvo una enfermedad de chica y por eso ahora tiene la presión alta… ay, ¿Cuál es? (mirándome como esperando una respuesta)
YO: - …
Señora: - Pucha, no me acuerdo… es una que antes había mucho, yo la tuve, ¿No sabes cual te digo? Que antes había, después no hubo más y ahora volvió por culpa de todos los africanos estos que están viniendo…
YO: ¿?

Señora: - …Y tengo otro nieto que nació seismecino, pero es un roble te digo, todavía ni formado estaba, ni la colita tenia (esto juro que no lo entendí) y ni siquiera estuvo en incubadora, a la semana ya estaba pesando 3 kilos…
YO: - Ahh, mire que bien…

Pero no solo los clientes de la pileta me interrumpen, que en definitiva es para lo que estoy, sino también los otros empleados del natatorio que, aprovechando sus momentos de descanso deciden darme charla obviando por completo mi cara de histérico mientras trato de leer las 150 hojas que me faltan leer para rendir al otro día. Los que más me charlan son las vestuaristas y el personal de mantenimiento.

Amanda es la vestuarista de la tarde. Es una mujer buena, pero quejosa. Su agobio se transmite a todo y todos. Está cansada de limpiar y fregar todo el día y no recibir la retribución que merece, es entendible. Pero todo lo sufre, todo es una carga, todo le hace mal y todo le cuesta el doble que al resto de los mortales. Y para el colmo de los colmos tiene mala suerte.

Entra Amanda a su horario y me saluda.

Amanda: - Ay… ¿Cómo andas?  Yo no doy más, estoy destruida. Ya no se más que hacer, no se puede vivir más así.
YO: - ¿Qué te pasa?
Amanda: - ¿Qué me pasa? ¿Qué NO me pasa? Hace tres días que no tengo ni luz ni teléfono. Y como me robaron el celular estoy totalmente incomunicada. Perdí la comida del freezer, que encima no se si me quemó.
YO: - Uhhh (sin saber que decir)
Amanda: - Además tengo a los del fondo que estuvieron toda la noche haciendo ruido y no pude dormir nada, estoy toda ojerosa. ¿Es justo que ni siquiera pueda vivir tranquila en mi propia casa? 
YO: - Y, no... (con menos para decir)
Amanda: - Es que necesito un hombre...
YO: - ... (sin palabras)

Cada vez que Amanda se va a hacer su recorrida por los vestuarios hago una inspiración profunda. Juro que me deja sin energías.

El encargado de mantenimiento es otro personaje. Cincuentón, recientemente viudo, redescubre una vida juvenil junto a su nueva mujer 10 años más joven. No tiene mejor idea que contarme sus “hazañas” sexuales

José: - No sabé como me tiene la negrita, uff (y se hace una seña como secándose la cabeza), me tiene loco!!
YO: - Ahhh, si? Que bueno… (sin sacar la vista del libro)
José: - Si, y yo estoy hecho un toro viteh. Por eso ahora me tomo un speed así le doy matraca a la noche

Que mierda me importa si le das matraca o no le das matraca a tu mujer, ¿¿porqué tengo que escuchar esto?? Dios, ¿Qué hice de malo para merecerlo?


No podía faltar el guardavidas. Este es otro al que le gusta hablar en el momento menos oportuno. Quizás la diferencia con los demás radica en que este no viene a contarte cosas de su vida privada como José ni a descargar sus emociones asumiéndote como un psicólogo barato como Amanda. Tampoco le van las banalidades; al tipo le va lo profundo, los temas grosos, lo importante. Es de esas personas que a todo quiere sacarle el "jugo". Te ve totalmente concentrado con la mirada clavada fija en el libro y comenta:


         - "... Que increíble Favaloro ehhh..."


¿Qué se supone que esperas que conteste a eso? ¿Crees que voy a abrir un debate sobre la vida de Favaloro en este momento? O lo que es peor:

         - "--- Che, ¿Y que opinas de este tema de YPF?"

El colmo de todo es que cuando uno necesita a estos personajes para pasar el tiempo (llámase en Verano cuando no hay nada para leer) parece que se esfuman y desaparecen!

Para terminar les cuento algo del dueño. Este es un cuarentón petiso y cheronca. Viene bronceado, con pantalón y medias deportivas, aunque últimamente le pinta más el traje. Entra caminando con la espalda ancha, marcando territorio e implícitamente diciendo “Todo esto es mío”. Pero es el ser más tacaño que conocí en mi vida. Por suerte no tengo mucho más contacto que un hola o un chau con este personaje del cual todavía estoy esperando que coloque el ventilador que prometió en el consultorio. Capaz para el verano que viene lo hace.

Me quedan un par de meses y dejaré para siempre este lugar, espero, por algo mejor. Veremos…

2 comentarios:

  1. No te puedo explicar lo identificada que me sentí con esta entrada! trabaje 1 año y medio en todo tipo de natatorios y en todos los que estuve cuentan con este tipo de personajes! El recibirme e irme a la mierda fue uno de los mejores momentos de mi vida!
    Mucha suerte y voy a seguir tu blog, que ahora sin el Blog del Orgullo Antisoscial una se siente un poco sola!
    Saludos

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    1. Como extraño el Blog del Orgullo Antisocial.. una lástima que la doctora no siga escribiendo! Es muy cansador el trato con la gente en la pileta, hay días que no queres saber nada de nada!
      Espero que disfrutes el blog!
      Saludos.

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